miércoles, 16 de noviembre de 2016

Cuéntame un cuento

Los alumnos/as de 4º hemos leído estos cuentos en Tutoría para reflexionar sobre nuestra visión y hemos descubierto que:

- no hay que dejar los sueños atrás.
- hay que animar a los demás aunque no entendamos sus sueños.
- nunca debemos rendirnos porque nos lo digan los demás.
- no debemos culpar a los demás cuando no conseguimos nuestro sueño.
- nunca te rindas.
- todo es posible si luchas por ello.
- nunca lo dejes de intentar.
- vuelve a intentarlo si no te sale una vez.

EL ELEFANTE FOTÓGRAFO

 Había una vez un elefante que quería ser fotógrafo. Sus amigos se
reían cada vez que le oían decir aquello:
- ¡Qué tontería! - decían unos- ¡no hay cámaras de fotos para elefantes!
- ¡Qué pérdida de tiempo! -decían los otros- ¡si aquí no hay nada que
fotografíar!...
Pero el elefante seguía con su ilusión, y poco a poco fue reuniendo
trastos y aparatos con los que fabricar una gran cámara de fotos. Tuvo
que hacerlo prácticamente todo: desde un botón que se pulsara con la
trompa, hasta un objetivo del tamaño del ojo de un elefante, y
finalmente un montón de hierros para poder colgarse la cámara sobre
la cabeza.
Así que una vez acabada, pudo hacer sus primeras fotos, pero su
cámara para elefantes era tan grandota y extraña que parecería una
gran y ridícula máscara, y muchos se reían tanto al verle aparecer, que
el elefante comenzó a pensar en abandonar su sueño.. Para más
desgracia, parecían tener razón los que decían que no había nada que
fotografiar en aquel lugar...
Pero no fue así. Resultó que la pinta del elefante con su cámara era tan
divertida, que nadie podía dejar de reír al verle, y usando un montón de
buen humor, el elefante consiguió divertidísimas e increíbles fotos de
todos los animales, siempre alegres y contentos, ¡incluso del
malhumorado rinoceronte!
De esta forma se convirtió en el fotógrafo oficial de la sabana, y de
todas partes acudían los animales para sacarse una sonriente foto para
el pasaporte al zoo.
Autor: Pedro Pablo Sacristán


EL GUSANO Y LA FLOR 


Había una vez un gusano que se había enamorado de una flor.
Era por supuesto, un amor imposible, pero el animalito no quería seducirla
ni hacerla su pareja. Ni siquiera quería hablarle de amor. Él solamente
soñaba con llegar hasta ella, y darle un beso. Un solo beso.
Cada día, y cada tarde, el gusano miraba a su amada, cada vez más alta, cada
vez más lejos. Cada noche soñaba que, finalmente, llegaba a ella y la besaba.
Un día, el animalito decidió que no podía seguir soñando cada noche con la
flor y no hacer nada para cumplir su sueño. Así que, valientemente, avisó a
sus amigos, los escarabajos, las hormigas y las lombrices, que treparía por el
tallo para besar a la flor.
Todos coincidieron en que estaba loco, y la mayoría intentó disuadirlo, pero
no hizo caso. El gusano llegó arrastrándose hasta la base del tallo y comenzó
la escalada.
Trepó toda la mañana y toda la tarde, pero cuando el sol se ocultó, sus
músculos estaban exhaustos.
- "Pasaré la noche agarrado del tallo, y mañana seguiré subiendo. Estoy más
cerca que ayer", pensó, aunque sólo había avanzado diez centímetros y la flor
estaba a más de un metro y medio de altura.
Sin embargo, lo peor fue que, mientras el gusano dormía, su cuerpo viscoso y
húmedo resbaló por el tallo, y por la mañana el gusano amaneció donde
había comenzado un día antes.
Miró hacia arriba y pensó que debía redoblar los esfuerzos durante el día y
aferrarse mejor durante la noche. De nada sirvieron las buenas intenciones.
Cada día, el gusano trepaba, y cada noche, resbalaba otra vez hasta el piso.
Sin embargo, cada noche, mientras descendía sin saberlo, seguía soñando
con un beso deseado.
Sus amigos le pidieron que renunciara a su sueño, o que soñara otra cosa,
pero el gusano sostuvo, con razón, que no podía cambiar lo que soñaba
cuando dormía, y que si renunciaba a sus sueños, dejaría de ser quien era.
Todo siguió igual durante días, hasta que una noche que el gusano soñó tan
intensamente con su flor, que sus sueños se transformaron en alas... y a la
mañana el gusano despertó mariposa, desplegó las alas, voló a la flor... y la
besó.
     
 

1 comentario:

  1. Preciosos cuentos y maravillosas reflexiones. Felicidades a los niños y niñas de cuarto

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